¿Es posible una alimentación vegana en la infancia?
Es relativamente frecuente la aparición de noticias sensacionalistas en los medios de comunicación acerca de la alimentación vegana en la infancia. Parece ser muy tentador para determinados periodistas ser alarmistas y poner en cuestión modelos de vida diferentes a los estándares. Cualquier persona que tome la decisión de adoptar una forma de vida vegana, lo hace por un compromiso ético, un posicionamiento en contra de la explotación de los animales (si no, no es veganismo, es otra cosa). Una persona adulta, como tal, es libre de tomar esta decisión y es responsable de las consecuencias de sus actos.
Sin embargo, ¿qué ocurre cuando en una familia de personas veganas, llega el momento de alimentar a una niña o niño? Lo más natural es que se le alimente de la misma forma que al resto de la familia. Las costumbres, la cultura y la filosofía de toda la familia han de influir en este caso, como en cualquier otro, en la alimentación que se da a los miembros de la familia menores de edad.
En este momento es cuando surgen las dudas… Hay millones de personas adultas en el mundo que llevan una alimentación vegana desde hace décadas y está comprobado que no tienen por qué presentar problemas de salud ni carencias, dado que de hecho, estadísticamente no está ocurriendo así. Pero ¿y los niños y niñas? ¿no tendrán carencias debido a su edad? ¿necesitan una alimentación especial?
Es lógico que ante una nueva situación, los profesionales sanitarios se preocupen, dado que las niñas y los niños tienen mayor vulnerabilidad y porque los factores de riesgo afectarán más tiempo a los menores de edad que a las personas adultas. Pero esto cada vez está más superado, criar hijos e hijas veganas es ya frecuente. Han de ir desapareciendo las dudas y la incertidumbre conforme los hechos van demostrando que alimentar hijos/as veganas es una realidad.
Cualquier decisión en la vida tiene cosas a favor y en contra, y la de seguir una dieta vegana no es una excepción. No es sencillo poner sobre la mesa lo pros y contras, pero según las más recientes investigaciones y según afirman la mayor parte de entidades sanitarias de referencia, se puede concluir razonablemente que los efectos beneficiosos de una dieta vegetariana superan de manera significativa a los negativos.
Vitamina B12
El riesgo que presenta llevar una alimentación vegana en la infancia, o en la edad adulta es la deficiencia de vitamina B12, y es imprescindible prestar especial atención a esto cuando se trata de niños y niñas. A día de hoy sabemos que las dietas vegetarianas no suelen cubrir las ingestas recomendadas de esta vitamina, a no ser que se consuman cantidades considerables de huevos y lácteos (algo que puede desequilibrar la alimentación), o bien se tomen alimentos enriquecidos con B12, o se tomen suplementos dietéticos que contengan la vitamina.
Hace bastantes años se creía que la deficiencia de B12 era extremadamente rara, excepto entre las personas veganas. Ahora se sabe que la deficiencia de B12 es relativamente común entre las personas vegetarianas y las personas mayores, independientemente de que sean o no veganas.
Todas las sociedades científicas de nutrición insisten en la importancia de la vitamina B12, especialmente los organismos que promueven el veganismo, siempre se hace hincapié en la importancia de suplementarse para no presentar carencias. Igual que se debe hacer énfasis a las personas mayores de 50 años, quienes tienen ese riesgo también, independientemente de su modelo de alimentación.
¿Es antinatural suplementarse?
Algunas personas tienen la creencia de que tomar vitamina B12 hace que la dieta vegana sea “antinatural”. Sin embargo no se plantean como antinatural ningún suplemento o pastilla contra el colesterol que les indique el médico, ni están dispuestas a cambiar su alimentación por ello. ¿No es antinatural que una persona obtenga la B12 porque se suplementa al ganado, ya que los animales en las granjas presentan también deficiencias? ¿No sería más lógico tomar el suplemento directamente en vez de utilizar a un animal como intermediario? ¿Y no es igual de antinatural todos los suplementos que atiborran gran parte de los productos que podemos encontrar en un supermercado? Lo cierto es que muchos estudios extensos y contrastados indican que las dietas vegetarianas presentan un potencial menor riesgo de mortalidad.
Es importante planificar correctamente si optamos por una alimentación vegana en la infancia, porque es un periodo crítico en la vida y una mala alimentación puede afectar a nuestras hijas/os. Aunque esto no es algo propio de la dieta vegetariana, lo mismo ocurre la dieta omnívora. De hecho, uno de los principales problemas de salud hoy en día es la obesidad, como sabemos.
Lo cierto es que grandes asociaciones de profesionales de la nutrición, defienden que una dieta vegetariana bien planeada puede ser adecuada para niños. Tanto la Academia Americana de Nutrición -principal asociación de nutricionistas de Estados Unidos- como el Comité de Nutrición de la Asociación Americana del Corazón, la sociedad pediátrica europea de referencia (ESPGHAN), y la Academia Americana de Pediatría.
Al igual que ocurre con los adultos, el caballo de batalla de la dieta vegetariana en niños es la vitamina B12. Esta vitamina participa, junto al ácido fólico en la producción de glóbulos rojos. Si se da una carencia de B12, pero existe una suficiente cantidad de ácido fólico, los glóbulos rojos se crean bien por lo que no aparecerá la anemia megaloblástica. Pese a ello puede producirse otro tipo de problemas: el daño neurológico asociado a la falta de B12. Los síntomas más comunes son problemas de equilibrio, entumecimiento y hormigueo de manos y pies, confusión mental, entre otros.
Afortunadamente tenemos a nuestro alcance numerosos suplementos de vitamina B12, los cuales tomados en dosis adecuadas, son muy efectivos tanto para prevenir como para tratar la deficiencia de B12. Hacen perfectamente saludable la alimentación vegana en la infancia y además son baratos. La B12 no se obtiene de animales, como muchas personas piensan erróneamente, sino que proceden de cultivos de microorganismos.
Es conveniente que la madre vegetariana o vegana que amamante a su hijo/a tome suplementos de vitamina B12 en cantidades suficientes y de forma regular (1.000 mcg unos dos o tres días a la semana). Si no lo hace, el bebé necesitará suplementos de esta vitamina (0,5 mcg/día hasta los 12 meses, y 10-40 mcg/día hasta los tres años).
El yodo, la vitamina D, el hierro y el calcio
El yodo y la vitamina D son otros nutrientes que es importante tomar en la infancia. En el caso del yodo puede cubrirse con una pizca diara (unos 2 gramos) de sal yodada. Y la vitamina D, puede obtenerse a través del sol, si el niño/a toma durante unos 10-15 minutos de exposición de su piel al sol sin protector solar, unas tres veces por semana, producirá suficiente vitamina D. En bebés lactantes se recomienda una suplementación profiláctica con vitamina D.
A partir de los 6 meses, los niños/as vegetarianos/as pueden empezar a tomar legumbres, frutos secos triturados, tofu, preparados a base de soja, seitán, aguacate y cualquier otro alimento saludable de la dieta de los adultos. Pero siempre que se pueda hay que priorizar la leche materna (o de fórmula, en su defecto) y la importancia capital de suplementar con vitamina B12.
No es recomendable a esas edades darles excesiva cantidad de cereales integrales o legumbres, sobre todo a los menores de dos años. Tomar tanta fibra puede hacer que el/a niño/a no absorba suficiente energía, es preferible combinar los integrales con refinados.
La anemia ferropénica es igual de frecuente en personas vegetarianas que en no vegetarianas. Sin embargo, en el caso de bebés veganos que no sean amamantados deberían tomar hasta el año de edad una fórmula infantil de leche artificial enriquecida en hierro. La Academia Americana de Nutrición y Dietética aconseja que los niños vegetarianos tomen a partir de los 6 meses y hasta el año alimentos enriquecidos con hierro o suplementos de hierro (para más información pregunta a tu pediatra). No es infrecuente desarrollar una anemia, como también sucede en miles de niños no vegetarianos, en cuyo caso deberá tratarse médicamente. Se puede aumentar la disponibilidad de hierro de origen vegetal combinando fuentes de hierro (legumbres, frutos secos, verduras de hoja verde…) con alimentos ricos en vitamina C (fresas, melón, cítricos, pimiento, tomate…).
También es conveniente fijarse en las etiquetas de los productos para asegurarnos de que no contienen azúcares añadidos.
En cuanto al calcio que tanto parece preocupar a la gente, por tanta publicidad de lácteos con la que se nos ha bombardeado, el Comité de Nutrición de la Asociación Americana del Corazón afirma que “los estudios muestran que los vegetarianos absorben y retienen más calcio de los alimentos que los no vegetarianos”.
La alimentación en las niñas y niños es importante y tanto las madres/padres de niños veganos como los de los no veganos han de planificar adecuadamente sus dietas, consultar con profesionales y promover una alimentación saludable para la infancia.
Si queremos dar una alimentación vegana en la infancia (o vegetariana), no debemos olvidar la importancia de la vitamina B12, y tener en cuenta que conviene acudir a un dietista-nutricionista que sea conocedor de la dieta vegetariana, ya que existe un gran desconocimiento en el sector sanitario.
También es importante saber nunca jamás se debe obligar a un niño a comer así como tampoco premiarle o coaccionarle. Es una costumbre desafortunada y poco saludable.
A los 2-3 años la dieta del niño debe ser casi como la nuestra, incluyendo una abundante presencia de granos integrales, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos triturados.
Para llevar una correcta alimentación vegana en la infancia (o en cualquier época de la vida) es recomendable evitar todos los alimentos superfluos con poco valor nutricional como los refrescos, los postres azucarados, mermeladas, los zumos (aunque sean caseros), la bollería, azúcar, patatas fritas de bolsa, galletas, harinas refinadas etc. La mejor opción es no comprar nada de esto para que no estén a su alcance dentro casa. Ya que fuera de casa los van a encontrar fácilmente en casa de amigos, familiares, cumpleaños, etc, al menos que no los tengan dentro. Es más saludable no tomar alimentos perjudiciales que obsesionarse por tomar alimentos sanos.