Receta de tortilla de patatas vegana hecha con No Egg
Hay varias formas de hacer tortillas sin huevo, la más común suele ser usando harina de garbanzo. Sin embargo, una de las que mejor queda es la tortilla de patatas vegana con No Egg, siempre y cuando se haga bien. Se trata de un producto de la marca Orgran, ideal para sustituir el huevo en cualquier receta.
Al principio, al ver el precio del paquete, siempre da la sensación de que el No Egg es un poco caro. Pero no lo es tanto teniendo en cuenta que para hacer una tortilla con medio kilo de patata es suficiente con 12 gramos de No Egg. Es decir, con un solo paquete podemos hacer hasta 16 tortillas de tamaño equivalente a una tortilla de cuatro huevos.
La base del producto está formada por fécula de patata, almidón de tapioca y carbonato cálcico. No tiene gluten, ni soja, ni legumbres, habituales en los productos veganos sustitutivos.
No Egg.
Antes de continuar con la receta, nos gustaría aclarar el contexto: ¿qué motivo podría existir para querer hacer una tortillla sin huevo? ¿Quizá alguna alergia? No se usa huevo porque se trata de una receta vegana, lo que quiere decir que no lleva ningún producto por el que un animal haya sufrido ningún tipo de explotación.
Ingredientes de la tortilla de patatas vegana con No Egg:
- 500 gramos de patata.
- 12 gramos de No Egg.
- 120 ml de agua.
- Media cebolla.
- 75 gramos de calabacín.
- Aceite de oliva.
- Un chorrito de vinagre.
- Sal.
- 1/4 cucharadita de comino molido (opcional).
- Un poco de cúrcuma para dar color (opcional).
Preparación de la tortilla sin huevo:
- Pelar las patatas y cortar en pedazos finos.
- Pelar el calabacín y trocearlos de la misma forma. Yo suelo usar un rallador de verdura. Se podría hacer con el calabacín sin pelar, pero a veces la piel es dura y podría estropearnos la textura de la tortilla.
- Picar la cebolla muy fina para que no se noten los trozos al comer (a algunas personas no nos gusta encontrarnos la cebolla). Yo suelo hacerlo con un accesorio de mi batidora que pica la verdura.
Cebolla pochándose en la sartén, detrás el calabacín rallado y de fondo el No Egg.
- Pochar la cebolla en una sartén con un chorro de aceite de oliva. Se dora mejor si le echamos sal. No dejar que se queme, ni dejarla demasiado cruda, tiene que quedar blanda y transparente, un poquito dorada.
- Cuando la cebolla empiece a estar blanda, echar el calabacín, para que se haga con la cebolla. Se hace más rápido que la cebolla, por eso o echamos más tarde.
- Reservar la cebolla y el calabacín, sacándolo de la sartén y escurriendo todo el aceite que podamos.
- Freír las patatas en abundante aceite muy caliente. Puede hacerse en sartén o en freidora. Se pueden freír con aceite de girasol, para ahorrar, ya que es más barato que el de oliva. Yo las suelo hacer al vapor o cocidas en vez de fritas, para que la tortilla tenga menos grasa y menos calorías.
- Preparar el No Egg: verter 12 gramos del producto en un recipiente grande (una ensaladera por ejemplo) y 120 mililitros de agua, y batir con un tenedor hasta que quede un líquido de textura similar al huevo batido, o algo más líquido.
Batir el No Egg con una varilla o un tenedor.
- Añadir saborizantes al No Egg. Primero añadir el chorrito de vinagre. Cuidado, no te pases, solo tiene que dar un toque de sabor, si se echa demasiado vinagre queda mal.
- Después añadir el comino, la cúrcuma y el resto de la sal (una parte la habíamos echado para pochar la cebolla). Remover todo ello. La función del comino es dar un toque ligero de sabor y de la cúrcuma, dar otro toque de sabor y sobre todo, dar un color más amarillo.
- Sacar las patatas de la sartén cuando estén listas y escurrir todo el aceite que podamos. Echarlas en el recipiente en el que tenemos el No egg batido y echar también la cebolla con el calabacín. mezclar todo ello.
- Preparar la sartén con un poco de aceite y ponerlo bien caliente. Echar la mezcla en la sartén y en un par de minutos poner el fuego lento, para que se haga bien por dentro.
- Dar vuelta a la tortilla con una tapa o un plato. A veces es necesario darle un par de vueltas para asegurarnos que esté bien echa por dentro.